17.4.13

Discomancia 55: El día que me vaya no se lo diré a nadie

Regresar siempre es más arriesgado que empezar algo nuevo. Alguna vez me dijo un ingeniero que restaurar un edificio es mucho más complicado que construirlo desde cero. En el regreso se reanuda algo que se había interrumpido. Se retoma algo que parecía estar terminado o concluido. La interrupción y la cosa-ya-hecha son el punto de partida del regreso, en el que se identifica lo que no se quiere y lo que sí se quiere. Lo que me sirve y lo que no me sirve. Frente al culto por lo nuevo, el regreso se nos presenta comúnmente como un gesto conservador y anti-liberal. Y es que el regreso implica necesariamente un detenerse, una pausa frente al flujo incesante en el que estamos inmersos día a día. Pareciera que el regreso se resiste a seguirle el juego al presente continuo, lineal y “líquido” que caracteriza a la experiencia del mundo contemporáneo.

Cuando uno regresa, se enfrenta al pasado, a lo otro. A lo que quizás uno fue y ya no es, a lo que otros fueron y ya no son. Pero también al presente a lo que uno sí es y por qué no, también al futuro, a lo que uno quisiera y podría ser. Ante esto se escabulle un proceso de reconocimiento. Lo que surja como resultado de este proceso pautará la dirección, el modo, el contenido y la forma del regreso. Contrario a lo que comúnmente se piensa, el regreso alberga novedad y es una novedad sumamente fértil que se alimenta de todo lo que ya fue para proyectar algo distinto que contenga o esté constituido por los mismos principios, la misma intención de lo que en un inicio se concibió. 

El regreso de Discomancia es accidentado... y es que a pesar de que este regreso fue planeado paulatinamente, en el momento de la grabación surgieron algunos percances que no contemplé. Por ejemplo, no escucharán mi voz porque hasta que terminé de grabar me di cuenta de que el puerto de audio de mi computadora sólo puede o ser de salida o de entrada pero no de ambas. Se que esto suena muy obvio pero con la emoción de grabar perdí de vista este importantísimo asunto técnico. En fin... Notarán que hay una canción de Aoki Takamasa que se repite a lo largo del episodio, es ahí en donde tendrán que imaginar que les platico sobre el libro "El día que me vaya no se lo diré a nadie" de Kiko Amat. Durante los extractos de Takamasa leí algunos fragmentos de este libro y les compartí los títulos de las canciones que puse en este programa. 

“El día que me vaya no se lo diré a nadie. Que pasen los días sin saber a dónde voy, y sin saber su opinión sobre mi viaje. Que me miren en el tren y no sepan quién soy. Que no tenga que sonreír si no quiero. Hablar si no quiero. Comer sin hambre. Reír sin ganas. (…) El día que me vaya no se lo diré a nadie.” Kiko Amat


Aoki Takamasa- That Melody...

Lucky Dragons - Oh I Understand

Neneh Cherry & The Thing - Dream Baby Dream

Arthur Russell - "Instrumentals" Vol. 1

Can - Future Days

Dean & Britta - I Found It Not So (Sonic Boom Remix)

Devendra Banhart - Mi Negrita

Yo La Tengo - Stupid Things

Ui - Answers

The Raincoats - Shouting Out Loud

Thurston Moore - Honest James

Broadcast - Colour Me In

Laurie Spiegel - Appalachian Grove I

Lustrine - Filament

Bjôrk - I See Who You Are





















No hay comentarios.: