Me he dado cuenta que tengo una gran fasinación en cómo diferentes filósofos, escritores y poetas piensan y escriben sobre el amor. El año pasado encontré este ensayo de Natalia Ginzburg en el que, a pesar de que nunca menciona la palabra "amor" éste se encuentra presente en cada párrafo. Ginzburg habla del amor que nace de la diferencia. La diferencia que junta a dos personas, dos amantes y compañeros. También habla del encuentro, de la contingencia que junta y que separa. Lo que se comparte y no se comparte, lo que se tiene y no se tiene: lo que tranforma. El encuentro y sus consecuencias milagrosas. El encuentro como el momento fundacional que tiene todo el poder de transformar a los sujetos que asumen lo contingente como la esencia misma de su ser y cuya fuerza es inigualable. En un librito leí que el "amor" sólo se vive cuando el sujeto responde a la necesidad: cuando la opacidad de lo Real se desvanece y se vuelve transparente... cuando el sujeto después del hecho logra reconocer y significar esa transparencia de lo Real.
Natalia Ginzburg, Pequeñas Virtudes
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